Como pastor de 40 años, a través de altibajos, a través de más fracasos que éxitos, nunca he dudado que me dieron el mejor trabajo que una persona podría tener. Si bien nada me ha emocionado más que servir al pueblo de Dios, tampoco hay nada que me haya lastimado más, me haya estresado más, me haya frustrado más que el ministerio. Puedo relacionarme con la descripción de Pablo de criar discípulos como “estar con dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros”. (Gálatas 4:19) Los resultados son increíbles pero, francamente, a veces el proceso apesta.  

Ha habido tantos colegas en el ministerio a lo largo de los años a quienes amo tanto, que se han rendido, quemado, rescatado o quebrantado. Realmente me rompe el corazón porque sabía que el parto se avecinaba si no se rendían.  

La conclusión es que amo a los pastores.  

Sé que los pastores también son solo ovejas, con una carga diferente de responsabilidades. Sé que son especialmente el objetivo del enemigo para su destrucción. Me siento obligado a ayudar y alentar a los pastores de la forma en que muchos lo han hecho por mí.  

No puedo pensar en nada en el mundo que preferiría poder hacer que agregar valor a los pastores, alentarlos y ayudarlos a florecer y terminar su carrera victoriosamente.

También creo que una de las mayores necesidades de nuestro mundo actual es la de pastores. La Biblia dice que Jesús vio las multitudes y sintió compasión por ellas porque eran como ovejas sin pastor (Mateo 9:36). La vida espiritual y el potencial de miles de millones de personas se arruinan y se desperdician porque no tienen a nadie que los proteja, guíe y enseñe espiritualmente la palabra de Dios. Los pastores por los que Jesús nos dijo que oráramos no son solo pastores espirituales, son líderes de grupos pequeños, líderes empresariales que ven a sus empleados como su congregación, entrenadores cristianos que guían a los estudiantes en atletismo no solo para convertirlos en buenos atletas sino en grandes personas.  

Hay innumerables maneras en que Dios llama a las personas a ser sus "pastores". Es mi deseo, a través de este blog ya través de los recursos, seminarios, retiros y otras oportunidades de tutoría que ofrece HFTW, agregar valor a estos "héroes ocultos", mujeres y hombres preciosos que son pastores según el corazón de Dios.

Atentamente,

dale caminante